La tutela de una entidad jurídica, pese a que se intenta todo lo contrario, puede resultar impersonal. Lo más habitual es que las personas que tutelamos carezcan de redes naturales de apoyo: familia, amigos, vecinos, etc y en muchas ocasiones solo se relacionan con personas profesionales.
El programa de voluntarios tutelares nace desde el sentido de entender el ejercicio de la tutela de una forma diferente. De alguna forma es poner en contacto a dos personas: la tutelada y la voluntaria para facilitarles la posibilidad del establecimiento de una amistad. El objetivo es dar respuesta a sus necesidades afectivas y proporcionarle oportunidades para realizar actividades correspondientes a su edad, gustos, preferencias… Y así favorecer su inclusión comunitaria, evitando situaciones de aislamiento social que se dan en algunas personas con Discapacidad.